Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook
Indicó Prof.
Rafael Sánchez – Concha en la Maestría en Historia de la UCSP
“El Perú no fue
una colonia sino un reino más dentro del imperio Español, un reino con la
condición de vicerreino o virreinato. Inicialmente fue una gobernación a partir
de la conquista emprendida por Pizarro, llamado genéricamente el reino
del Perú, dividido en la Nueva Castilla y la Nuevo Toledo”, así lo aclaró el
historiador Rafael Sánchez – Concha.
El
profesor con especialidad en historia virreinal fue uno de los docentes
de la Maestría en Historia que se imparte en la Universidad Católica San Pablo,
y que se inició en marzo de este año. La maestría es una de las tres de esta
condición que se imparten en el país y la única fuera de Lima.
El ponente
explicó que en la época hispánica el Perú era prácticamente la mitad del
imperio español y tenía un papel sumamente protagónico por ser abastecedor de
minerales, como la plata extraída de riquísimos yacimientos como el de Potosí,
Huancavelica, y Hualgayoc, entre otros, y por ser el más importante
centro administrativo, del poder virreinal, del poder judicial y del poder
inquisitorial de la América del Sur. La Real Audiencia de Lima, que es la base
territorial del Perú actual, tenía por audiencias sufragáneas la de Quito,
Charcas y Chile. “Hay que valorar esta época histórica ya que como decía Jorge
Basadre: ‘el Perú se forja en el virreinato’. El virreinato es el punto
de partida de la actual nación peruana. Es allí cuando se da el proceso de
mestizaje (“síntesis viviente”), el influjo ibérico y los elementos comunes con
otros países iberoamericanos donde surge la cultura del barroco”, comentó el
historiador.
La población
indígena en la época virreinal
El historiador
Sánchez – Concha aclaró también que en la época virreinal, a pesar de los
obvios e innegables abusos, a los indígenas le asistían derechos y
contaban con la protección de sus curacas, además existía un funcionario
virreinal llamado el protector de indios. Es en la época republicana con la
llegada de Simón Bolívar, que se eliminó esta institución, sin embargo los
indígenas siguieron pagando tributos hasta 1854 en el gobierno de Ramón
Castilla.
“No se puede
tapar el sol con un dedo, es cierto que hubo excesos, pero a diferencia de lo
ocurrido en el poblamiento de la América del Norte por parte de los ingleses, los
conquistadores españoles integraron a los nativos a su sistema social, político
y religioso, a través de la evangelización y la hispanización. No hubo un plan
de exterminio sistemático como en Norteamérica, por eso tampoco se puede decir
que el Perú fue una colonia”, detalló.
Si bien el
descenso demográfico de la población indígena tuvo como una de sus causas la
guerra de conquista, también hubo otros factores mucho más importantes como las
enfermedades que llegaron previamente al tercer y definitivo viaje de Pizarro
de 1532, a los cambios del patrón de vida y al mestizaje.
La religión tuvo
un papel importante en esta etapa de la historia. La conquista fue asumida como
una cruzada como una proyección de la reconquista española, por ello la
cristianización fue muy fuerte. L religión formó parte de la política mediante
el imaginario social conocido como el cuerpo místico de la República, que es
Estado, Iglesia y Sociedad.
El
protagonismo de Arequipa
En la época
virreinal, Arequipa tuvo especial protagonismo. Arequipa se constituyó sobre
las bases del Contisuyo en las primeras décadas del siglo XVI. A decir del
historiador, su valor también está en su vocación por la intelectualidad, en
sus grandes hombres y autores como Ventura Travada y Córdoba, los visitadores
de los Collaguas, y el trabajo evangelizador de los Franciscanos, con su
magnífico convento de La Recoleta.
En Arequipa
también se produjo una fuerte concentración de la república de españoles
(peninsulares y criollos). Destacó en el virreinato por su religiosidad, a
través de las múltiples vocaciones de santidad como el de la Beata Sor Ana de los Ángeles Monteagudo,
el hermano jesuita Gonzalo
Báez, Sor Juana de San José Arias y el indígena juandediano Ignacio de la
orden de San Juan de Dios, que se santificó en el hospital de su congregación
en la ciudad blanca.
La vocación conventual de la ciudad se
puede apreciar hasta la actualidad en monasterios como Santa Catalina, Santa
Teresa, Santa Rosa, entre otros.
Fuente : http://ucsp.edu.pe/el-peru-no-fue-una-colonia-sino-un-reino-mas-dentro-del-imperio-iberico/
Vídeo de presentación
El historiador y profesor de la Pontificia Universidad Católica
del Perú, Rafael
Sánchez-Concha Barrios, nos habla de su último libro "Miradas al Perú
histórico. Notas sobre el pasado peruano" (Lima: Ed. San Marcos, 2012).
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