martes, 25 de agosto de 2015

EL PERÚ NO FUE UNA COLONIA SINO UN REINO MÁS DENTRO DEL IMPERIO IBÉRICO



Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook



Indicó Prof. Rafael Sánchez – Concha en la Maestría en Historia de la UCSP

“El Perú no fue una colonia sino un reino más dentro del imperio Español, un reino con la condición de vicerreino o virreinato. Inicialmente fue una gobernación a partir de la conquista  emprendida por Pizarro, llamado genéricamente el reino del Perú, dividido en la Nueva Castilla y la Nuevo Toledo”, así lo aclaró el historiador Rafael Sánchez – Concha.

El profesor  con especialidad en historia virreinal fue uno de los docentes de la Maestría en Historia que se imparte en la Universidad Católica San Pablo, y que se inició en marzo de este año. La maestría es una de las tres de esta condición que se imparten  en el país y la única fuera de Lima.

El ponente explicó que en la época hispánica el Perú era prácticamente la mitad del imperio español y tenía un papel sumamente protagónico por ser abastecedor de minerales, como la plata extraída de riquísimos yacimientos como el de Potosí, Huancavelica, y Hualgayoc, entre otros,  y por ser el más importante centro administrativo, del poder virreinal, del poder judicial y del poder inquisitorial de la América del Sur. La Real Audiencia de Lima, que es la base territorial del Perú actual, tenía por audiencias sufragáneas la de Quito, Charcas y Chile. “Hay que valorar esta época histórica ya que como decía Jorge Basadre: ‘el Perú se forja en el virreinato’. El  virreinato es el punto de partida de la actual nación peruana. Es allí cuando se da el proceso de mestizaje (“síntesis viviente”), el influjo ibérico y los elementos comunes con otros países iberoamericanos donde surge la cultura del barroco”, comentó el historiador.


La población indígena en la época virreinal

El historiador Sánchez – Concha aclaró también que en la época virreinal, a pesar de los obvios e innegables abusos, a los indígenas le asistían derechos y  contaban con la protección de sus curacas, además existía un funcionario virreinal llamado el protector de indios. Es en la época republicana con la llegada de Simón Bolívar, que se eliminó esta institución, sin embargo los indígenas siguieron pagando tributos hasta 1854 en el gobierno de Ramón Castilla.

“No se puede tapar el sol con un dedo, es cierto que hubo excesos, pero a diferencia de lo ocurrido en el poblamiento de la América del Norte por parte de los ingleses, los conquistadores españoles integraron a los nativos a su sistema social, político y religioso, a través de la evangelización y la hispanización. No hubo un plan de exterminio sistemático como en Norteamérica, por eso tampoco se puede decir que el Perú fue una colonia”, detalló.

Si bien el descenso demográfico de la población indígena tuvo como una de sus causas la guerra de conquista, también hubo otros factores mucho más importantes como las enfermedades que llegaron previamente al tercer y definitivo viaje de Pizarro de 1532, a los cambios del patrón de vida y al mestizaje.

La religión tuvo un papel importante en esta etapa de la historia. La conquista fue asumida como una cruzada como una proyección de la reconquista española, por ello la cristianización fue muy fuerte. L religión formó parte de la política mediante el imaginario social conocido como el cuerpo místico de la República, que es Estado, Iglesia y Sociedad.

El protagonismo de Arequipa

En la época virreinal, Arequipa tuvo especial protagonismo. Arequipa se constituyó sobre las bases del Contisuyo en las primeras décadas del siglo XVI. A decir del historiador, su valor también está en su vocación por la intelectualidad, en sus grandes hombres y autores como Ventura Travada y Córdoba, los visitadores de los Collaguas, y el trabajo evangelizador de los Franciscanos, con su magnífico convento de La Recoleta.

En Arequipa también se produjo una fuerte concentración de la república de españoles (peninsulares y criollos). Destacó en el virreinato por su religiosidad, a través de las múltiples vocaciones de santidad como el de la Beata Sor Ana de los Ángeles Monteagudo, el hermano jesuita Gonzalo Báez, Sor Juana de San José Arias y el indígena juandediano Ignacio de la orden de San Juan de Dios, que se santificó en el hospital de su congregación en la ciudad blanca.

La vocación conventual de la ciudad se puede apreciar hasta la actualidad en monasterios como Santa Catalina, Santa Teresa, Santa Rosa, entre otros.


Vídeo de presentación
El historiador y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Rafael Sánchez-Concha Barrios, nos habla de su último libro "Miradas al Perú histórico. Notas sobre el pasado peruano" (Lima: Ed. San Marcos, 2012).

 LIBRO

miércoles, 12 de agosto de 2015

BRUTALIDAD COMUNISTA : DEMONIOCRACIA UNIVERSAL


A los ojos , ciegos 
A los oídos , sordos
A los cerebros , luz

Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook


El 6 de mayo de 1941 Iósif Stalin fue nombrado presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética; tres días después son impartidas OCULTAMENTE las instrucciones por el Komintern (la internacional comunista), que revelan el plan comunista ruso PARA APODERARSE DEL MUNDO en un futuro próximo; plan que vemos cumplirse ante nuestros ojos hoy en día en cualquier parte de la tierra, con Putin a la cabeza de los BRICS (¿qué país no es gobernado hoy por el comunismo, la social democracia, la democracia cristiana, los partidos verdes etc.?; todos en esencia de ideología marxista).
Los acuerdos de Yalta o INICIO DE LA GUERRA FRÍA, BASE PARA EL NUEVO ORDEN MUNDIAL, son un texto EXOTÉRICO “pro pópulo” de carácter político internacional. Elaborados por los títeres de la JUDEO-MASONERÍA-MARXISTA.
 brutalidad comunista
Estos títeres se reunieron en Yalta en 1945, para reglamentar el futuro del mundo; estos acuerdos entre la demoniocracia y el comunismo (según Monseñor de Segur, la democracia no es el gobierno del pueblo, sino del demonio) se transformaron en un arma política, que llevó a la aniquilación de la Europa Católica y fue el trampolín para expandir el comunismo de manera global. Hoy en día la socialdemocracia tiene como modelo lo firmado en Yalta.
Los gobiernos DEMONOCRÁTICOS SOCIALISTAS son afines al poder Judío capitalista; no “PRIVATIZAN”, pero son leales a las directivas judeo-masónicas, dejando en sus manos la enseñanza, la cultura, el arte, el deporte y, sobre, todo los medios de comunicación social (Mass Media).
Ha llegado el momento de dar pasos decisivos hacia la revolución mundial, pero ésta debe presentarse como una serie de medidas PARA LOGRAR DEMOCRACIA EFECTIVA.
Yugoslavia recogía los primeros frutos de las instrucciones de la Internacional Comunista llevando un acuerdo para unir los gobiernos monárquico y comunista. He aquí los puntos principales, tomados de lo que publicó en 1948 el “Kommunist”, órgano oficial del comité central comunista yugoslavo:
“Mientras toma el mando en las naciones donde está preparándose la revolución, el partido comunista cuidará de mantener buenas relaciones con círculos patrióticos y religiosos. Siempre que fuere necesario, aceptará que representantes de la Iglesia coadyuven a la revolución, la fuerza numérica de tales elementos determinará más adelante la proporción en que haya de irse eliminando la influencia de la Iglesia”.
En seguida habla del nuevo orden mundial:
“Apenas se apodere del mando, el comité central procederá a establecer un nuevo gobierno. Es preciso que este gobierno represente vastos sectores de la masa popular y que parezca democrático. A LOS OPOSITORES DEL NUEVO RÉGIMEN SE LES DESCARTARÁ LO ANTES POSIBLE, pero en forma democrática, o sea, haciendo que los juzgue un tribunal de los pueblos.
corte internacional de justicia
Habrá siempre en ese tribunal un miembro activo del partido y dos secretos. A quienes traicionen al partido se les eliminará sin fórmula de juicio, la pena que corresponde es la muerte.
La locución de la clase enemiga comprende la clase de grupos siguientes: miembros de agrupaciones nacionalistas, religiosas, sacerdotes, oficiales, policías, diplomáticos y empleados públicos que se nieguen a ponerse de parte de las fuerzas revolucionarias; todo individuo que se sepa que se opuso a la revolución”.
La ordenada precisión, la inigualable falacia, la brutalidad y el cinismo de este plan oficial para la traición interior de las naciones y su conquista, hablan por sí solos. Lo han puesto y lo siguen poniendo en práctica como en Venezuela, Cuba etc.
Con la APOSTASÍA DEL CLERO y la ENAJENACIÓN DE LA GENTE (¡servum pecus!), que no entiende ni una jota de la revolución, conceden primacía a lo material (COMIDA Y AGUA) DONDE NO ASUSTAN NI LAS INSTRUCCIONES DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA Y LOS ACUERDOS DE YALTA, porque ni siquiera se conocen, siendo testigos del solve de las naciones, familias e individuos Católicos, y presenciando el coagula de la social-democracia-cristiana, con Francisco a la cabeza, que no actúa como Vicario de Cristo, sino como líder subversivo de la DEMONIOCRACIA UNIVERSAL.
No se limita el comunismo marxista a adueñarse de la propiedad, se adueñan también de la gente.
Y esto es lo que le atañe a usted directamente, mucho más que la comida y el agua.
Fuente : Radio Cristiandad / Esteban P. Sánchez Malagón



domingo, 9 de agosto de 2015

UN PRESIDENTE CATÓLICO EJEMPLAR ASESINADO


Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook



El católico práctico
1.- Todo para el pueblo y por la Iglesia; quien busca ante todo el reino de Dios, obtiene el resto por añadidura.
2.- Soy un hijo de la Iglesia, y debo someterme a su divino magisterio; respeto también profundamente a las almas piadosas, cuyo juicio es tanto más seguro, cuanto más se aproximan a Dios en la oración.

3.- La civilización moderna, creada por el catolicismo, degenera y bastardea a medida que se aparta de los principios católicos; y a esta causa se debe la progresiva y común debilidad de los caracteres, que puede llamarse la enfermedad endémica del siglo.

4.- Entre el pueblo arrodillado al pie del altar del Dios verdadero, y los enemigos de la religión que profesamos, es necesario levantar un muro de defensa.
5.- Pues que tenemos la dicha de ser católicos, seámoslo lógica y abiertamente, seámoslo en nuestra vida privada y en nuestra existencia política, y confirmemos la verdad de nuestros sentimientos y de nuestras palabras con el testimonio público de nuestras obras.

6.- No perdáis jamás de vista, legisladores, que todos nuestros pequeños adelantos serían efímeros e infructuosos, si no hubiéramos fundado el orden social de nuestra República sobre la roca, siempre combatida y siempre vencedora, de la Iglesia Católica.

7.- La incredulidad muere antes que el hombre.
8.- El derecho más elevado y precioso de los ecuatorianos, es el derecho de su conciencia y de su fe religiosa.
9.- La libertad debe consolidarse sobre la moral, buscando para esto la religión como garantía, y clero ilustrado y virtuoso como maestro por la palabra y el ejemplo.
10.- Si para gobernar la República fuese necesario traspasar los mandamientos de la Iglesia, hoy mismo me retiraría a la vida privada.
11.- Una violación tan completa de la justicia contra el Augusto Jefe de la Iglesia católica no puede ser mirada con indiferencia por los gobiernos republicanos de la América libre.
12.- No espero que las repúblicas hermanas respondan a nuestra invitación de protestar contra la sacrílega y mil veces infame ocupación de Roma. Empero, ¿qué importa esto? Dios no tiene necesidad ni de nosotros, ni de nada para cumplir sus promesas, y Él las cumplirá, a despecho del infierno y de sus satélites los francmasones, que por medio de los gobernantes son más o menos dueños de toda la América, a excepción de nuestra Patria.
13.- Si el último de los ecuatorianos hubiese sido vejado en su persona o en sus bienes por el más poderoso de los gobiernos, habríamos protestado altamente contra este abuso de fuerza, como el único medio que les queda a los Estados pequeños para no autorizar la injusticia con la humillante complicidad del silencio. No podía, pues, callar cuando la usurpación del dominio temporal de la Santa Sede y la consiguiente destrucción de su libertad e independencia en el ejercicio de su misión divina, habían violado el derecho, no de uno, sino de todos los ecuatorianos, y el derecho más elevado y más precioso, el derecho de su conciencia y de su fe religiosa.
El cristiano
El estadista católico

14.- No se hace el bien sino por la fuerza; he ahí porque la fuerza ha de estar al servicio del derecho.

15.- Un jefe de Estado debe vivir para trabajar, no para engordar.
16.- El mal de este siglo es no saber decir que no. Vosotros solicitáis este empleo como un favor, y yo os digo: el hombre para el empleo, y no el empleo para el hombre.
17.- No es lícito al hombre que ama a su Patria y respeta los deberes que Dios nos ha impuesto, preferir las conveniencias del egoísmo a las exigencias legítimas de la Sociedad en que hemos nacido.
18.- Un pueblo sin unión es un cuerpo compuesto de miembros separados, que no pueden caminar sin disolverse.
19.- La unión hace de algunos individuos, una familia; de varias familias, un pueblo y de muchos pueblos, una nación; fuerte por no estar dividida, poderosa por ser fuerte, y valiente por ser poderosa.
20.- El Gobierno debe ser la Ley en acción, la fuerza reguladora de la sociedad, la personificación de la Justicia.

21.- Sin Gobierno vigoroso el país estará sin cesar expuesto a los pérfidos ataques de los que medran en el desorden, y marchará de crisis en crisis hasta perecer devorado por la anarquía.

22.- El pueblo calla, deja obrar y escucha; pero no olvida ni perdona: su juicio y su sentencia son infalibles.
23.- Del Tesoro no debe salir ni un centavo para gastos que no sean legales.
24.- En los momentos de crisis es más fácil indicar los remedios que aplicarlos.
25.- No acostumbro quejarme de los obstáculos, sin los cuales no hay mérito ni gloria, pero no me resigno a dejar el país sin las mejoras que necesita por falta de dinero.
26.- El prepararse con tiempo para la guerra es el único medio de evitarla: si nos ven débiles nos atacarán sin falta y alevosamente.

27.- En aritmética, nada de elocuencia, sino números; en filosofía y en política, nada de habladurías, sino razones.

28.- El sacerdote enseña la verdad, el soldado la guarda, el magistrado la venga.
29.- Sólo los cobardes prefieren la traición a la guerra, la intriga al combate y la infamia al peligro.
30.- Mi ambición se limita a ser útil a la Patria, y prefiero el puesto más humilde cuando en él puedo servir con algún provecho.
31.- Sin la moral el orden no es más que tregua o cansancio, y fuera de ella, la libertad es engaño y quimera.
32.- El Ecuador, libre e independiente, antes que deshonrarse preferiría ser exterminado por la lava asoladora de sus volcanes o hundirse en las aguas del Océano.
33.- Si salgo vivo del cuartel que voy a sublevar, ya podéis contar con la victoria.
34.- Bajaré del solio, al terminar el período constitucional, con el honor de haber trabajado sin descanso en bien de todos.

35.- Dos objetos principales son los que he tenido en mira en el proyecto de Constitución (la de 1869): el primero, poner en armonía nuestras instituciones políticas con nuestras creencias religiosas; y el segundo, investir a la autoridad pública de la fuerza suficiente para resistir los embates de la anarquía.

36.- Corramos a las armas para defender el honor y la nacionalidad de la Patria. Unión, firmeza y valor: he aquí lo que ella reclama de nosotros.
37.- Para poner al Ejército en aptitud de desempeñar su doble y gloriosa misión de conservar el orden y defender la independencia de la Patria, es necesario aumentar su fuerza, proveerlo del armamento moderno y formar un colegio militar.

38.- Hay en tantas Leyes Fundamentales la solemne declaración de la soberanía del pueblo; y sin embargo el pueblo es un soberano coronado de espinas, cubierto de púrpura burlesca, y herido y afrentado por los sayones que le atormentan.

39.- La cobardía se hermana muy bien con la venalidad, el miedo con el deshonor y el temor con la bajeza.
40.- En política y en amistad la falsía es intolerable.
41.- No es posible manejar el polvo sin ensuciarse las manos.
42.- Arréglese la Hacienda Pública sobre la triple base de la probidad, la economía y el crédito nacional.
43.- Los mayores enemigos de nuestra independencia son la licencia, la demagogia y la anarquía.
44.- Las víctimas de la miseria son los instrumentos de la anarquía.
45.- A mí me llaman atolondrado y loco porque el pueblo, habituado a leer mil proyectos escritos, sin verlos jamás realizados, solo ve en mis actos la presteza y rapidez de la ejecución, y no pone en cuenta la lentitud y madurez del consejo que precede a mis resoluciones.
46.- Yo pienso bien las cosas antes de hacerlas; mas una vez pensadas, no doy tregua a la mano, ni desisto hasta no haberlas cuanto antes concluido; este es mi atolondramiento y locura.
47.- La hipocresía consiste en obrar de otro modo que se piensa. Los verdaderos hipócritas son los liberales, que tienen fe y que, por respetos humanos, no se atreven a demostrarla en la práctica.
El gobernante
Impartir Justicia
48.- Tenemos bastantes asesinos en el Ecuador, sin que vuelva este. Usted se lamenta de la suerte de los verdugos; yo tengo compasión de las víctimas.
49.- La buena fe y la justicia son la única política digna, conciliadora y segura.

50.- La paz resulta de la satisfacción y tranquilidad de los ánimos, y del orden fundado en la libertad sin restricción para todo y para todos, menos para el mal y para los malhechores.

51.- La libertad para los hombres leales no es un grito de guerra y exterminio, sino el medio de desarrollo más fecundo y poderoso para la sociedad y el individuo, cuando en ellos hay moral, justicia en las leyes y probidad en el gobierno.
52.- La justa represión de los criminales es la mejor salvaguardia de la sociedad.
53.- La impunidad del crimen es el mejor aliciente para la perpetración de nuevos y peores atentados.
54.- Podemos y debemos perdonar las ofensas personales, pero ni podemos ni debemos olvidar que responderemos ante Dios y la sociedad, de los crímenes que se cometan por nuestra falta de rectitud.
55.- Sin rectitud en los jueces no hay justicia, y sin justicia la sociedad es imposible.
56.- No hay libertad donde no hay justicia.

57.- La igualdad debe ser la supresión de la injusticia en el orden social, y no la supremacía del fango y el poderío del crimen sobre las clases honradas y laboriosas.

58.- El hombre corrompido jamás puede ser libre.
59.- El patíbulo del malvado será la garantía del hombre de bien.
60.- Los vencidos por el valor, lo serán otra vez por la clemencia. Al arrepentimiento le amparará la generosidad.
61.- Mi carácter naturalmente me impelía a abrazar la causa del débil y del inocente; porque me indigna la opresión donde quiera que la mire, y detesto la dureza bárbara de los que se muestran indiferentes entre la víctima y el verdugo.
62.- Cuando la fuerza oprime en lo presente, la justicia se reserva el porvenir.

63.- La compasión con los criminales es la mayor crueldad contra los ciudadanos honrados y pacíficos.

64.- La facultad de perdonar es el más hermoso atributo del Poder.
65.- El deber de los magistrados es prevenir el crimen antes que castigarlo, porque es más fácil detener el brazo que curar el golpe.
66.- El legislador y el magistrado no pueden impunemente hacer el mal o dejar de hacer el bien; porque el día de la responsabilidad, aunque se haga esperar, al fin llega.
67.- La rectitud de la conciencia es incompleta, cuando falta rectitud en las ideas; y ésta no existe, cuando las ilusiones y los sofismas ocupan el lugar de la justicia y de la experiencia.
68.- Más perjudica un traidor a la espalda que cien enemigos de frente.

69.- No tengo flexibilidad, porque nada es más inflexible que la convicción y el sentimiento del deber, al cual me he acostumbrado a seguir sacrificando toda especie de interés, inclusive el de la gloria humana.

70.- Mi divisa será siempre: “Fiat justitia, et ruat cælum” (Hágase justicia, aunque se hunda el firmamento).
Objetos personales
El cumplimiento del deber
71.- Haz lo que debes, suceda lo que quiera.
72.- Cada vez que encuentro un hombre honrado, me alegro más que si hubiera hallado un tesoro.

73.- Mucho temo que el pueblo se halle herido de la enfermedad endémica del siglo, la debilidad de carácter; mucho temo que una persecución violenta no halle entre nosotros muchos mártires. Es indispensable levantar de algún modo el espíritu de los ecuatorianos.

74.- Mejor que escribir la historia es hacerla.
75.- A mí no me abaten sino los males irreparables que nos vienen de las manos de Dios; los que vienen de parte de los hombres me irritan y no me vencen.
76.- O hemos debido guardar silencio, sin meternos a censores; o hemos debido estar resueltos a apoyar con obras la sinceridad de nuestra censura.
77.- La desesperación es el mayor de los enemigos del hombre.
78.- El desaliento es tan peligroso como la desesperación, y tiene el malísimo resultado de quitar gradualmente las fuerzas del alma y del cuerpo, entorpeciendo las facultades de la una, y minando la salud del otro.

79.- El verdadero modo de resignarse no consiste en perder el ánimo y entregarse desfallecido a los rigores de la suerte, sino en conservar la serenidad del espíritu en medio de los sufrimientos, resistiendo con valor los trabajos sin inclinar la frente y poniendo nuestras esperanzas más allá de la vida, no por consejo de la melancolía, sino por impulso de la fe.

80.- Quiero caminar siempre con un objeto: conocer el fin a que me dirijo; y poco importa después que la senda que haya que recorrer esté sembrada de espinas y cruzada de peligros.
81.- La integridad sin firmeza es como color sin cuerpo.
82.- Si soy severo, inflexible conmigo, es para tener el derecho de serlo con los demás en los asuntos de justicia o de utilidad general.

83.- No me es posible nada a medias; mi carácter me lo impide.

84.- El valor es omnipotente, cuando el honor recibe su brío de la justicia, su espada y su ímpetu del patriotismo.
85.- ¡Soldados, os mando que marchéis a la victoria!

Educación y Formación de la juventud

86.- Aquí está mi hijo; tiene seis años; y lo que deseo es que hagáis de él un buen cristiano. La ciencia y la virtud harán de él un buen ciudadano. No tengáis consideración con él, os lo ruego; y si merece castigo, no miréis en él al hijo del Presidente de la República, sino un escolar cualquiera a quien es preciso enderezar.

87.- Es imposible el progreso cuando en brazos de la ignorancia yace adormecida la inteligencia, y cuando doctrinas desorganizadoras van relajando los vínculos de la moral y apagando rápidamente la brillante antorcha de la fe religiosa.
88.- La instrucción pública es condición esencial de la civilización y de la libertad del país.
89.- El trabajo y la instrucción, apoyados en la práctica de las virtudes cristianas, arrancarán a la corrupción las víctimas que le preparan en toda sociedad el ocio y la miseria.
90.- Sin la educación cristiana de las generaciones nacientes, la sociedad perecerá ahogada por la barbarie.
91.- Si los colegios han de ser buenos, dando garantías de la moralidad y aprovechamiento de los alumnos, es necesario no omitir gastos para que sean lo que deben ser; pero si han de ser malos, es mejor no tenerlos, porque la mayor calamidad para la Nación es que la juventud pierda sus mejores años en pervertirse en el ocio o en adquirir con un estéril trabajo las nociones incompletas, inútiles o falsas que se transmiten en los malos colegios.
92.- En ninguna forma de gobierno es tan importante la instrucción como en la democrática; porque, si el pueblo es corrompido, su soberanía es la omnipotencia del mal, y si es ignorante, su libertad es una quimera peligrosa, es la libertad de un ciego que camina a la ventura al borde del abismo.
El mártir
93.- ¡Qué dicha y que gloria para mí, si pudiese derramar mi sangre por Jesucristo y su Iglesia!

94.- La injuria, este es mi sueldo; si mis enemigos me atacaran por algún crimen que yo hubiese cometido, les pediría perdón, y trataría de enmendarme; pero se conjuran contra mí, porque amo de veras a mi Patria; porque trato de salvar su tesoro más preciado, la fe; porque soy y me muestro hijo sumiso de la Iglesia. No debo, pues, contestarles otra cosa que ¡Dios no muere!

95.- Los enemigos de Dios y de la Iglesia podrán matarme; pero ¡Dios no muere!
96.- Voy a ser asesinado. Soy dichoso de morir por la Santa Fe. Nos veremos en el cielo.
97.- Suceda lo que Dios quiera; yo me pongo en sus manos con todo y para todo.
98.- Por el bien de mi país haré hasta el sacrificio de mi vida en caso necesario; pero jamás sacrificaré mi dignidad y mi reputación, sin la cual nadie puede servir útilmente a su patria.
99.- En adelante, a los que corrompe el oro, los reprimirá el plomo; al crimen seguirá el castigo; a los peligros que hoy corre el orden, sucederá la calma que tanto deseáis; y si para conseguirlo es necesario sacrificar mi vida, pronto estoy a inmolarme por vuestro reposo y vuestra felicidad.

100.- ¡Dios no muere!

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Fuente
Un homenaje de Radio Cristiandad a los 140 años de la muerte de Gabriel Garcia Moreno.